jueves, 24 de septiembre de 2009

¿Usted le cree a Peña Nieto?


En un contexto de notoria mediocridad en materia de líderes políticos y personajes públicos, dentro y fuera de su partido, el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, parece ir muy adelante en las preferencias ciudadanas para buscar la Presidencia de la República en el 2012.


Una visión más cercana sobre el mandatario mexiquense despierta inquietud con respecto a diversos temas esenciales. Selecciono en esta oportunidad sólo tres de ellos, que hoy quiero comentar con usted, en espera de sus opiniones:


1.- La experiencia personal. Peña Nieto virtualmente nació a la política de la mano de su pariente y paisano de “tierra chica” (Atlacomulco), el ex gobernador Arturo Montiel, quien lo sumó a su causa desde su campaña, lo hizo dos veces integrante de su gabinete (en áreas ligadas al manejo del dinero), líder de los diputados locales y luego ¡candidato!. ¿Se trata realmente de alguien capacitado para hacerle frente a los problemas del país?


2.- Arturo Montiel. El ex gobernador aún le debe al país explicaciones sobre la fortuna que amasó, lo que incluyó numerosas propiedades que puso a nombre de Luis Miranda, un cercano amigo de Peña Nieto, quien recién lo colocó como su secretario general de Gobierno y por ello, aspirante natural a sucederlo (aunque en esa misma circunstancia hay otra docena de políticos mexiquenses).


El escándalo fraguado desde el gobierno y el propio PRI; su partido, sobre residencias en México y en el extranjero (París incluido), cuentas bancarias, empresas sospechosas y otros muchos hoyos negros mantienen hundido en el ostracismo político a Montiel, pero nada se ha dicho sobre el papel que en esos manejos tuvo uno de sus más cercanos operadores financieros; es decir, Peña Nieto. ¿Puede aspirarse a la Presidencia con semejantes dudas sin aclarar?


3.- Una estrella más de Televisa. La empresa televisora se ha echado a cuestas la tarea de proyectar nacional e internacionalmente al gobernador de la sonrisa calculada, los cuidados discursos y el copete inamovible. Contratos por cientos de millones de pesos al año (cerca de mil) han sido dados a conocer en el libro de Jenaro Villamil “Si yo fuera presidente” como aliciente para esa gran simpatía de las televisoras a favor de Peña Nieto.


Eso cubre no sólo anuncios formales sino la presentación de información pagada como si fuera material noticioso; las invitaciones a programas de variedades y hasta las coberturas en “revistas del corazón”, además de un cuerpo de asesores que cada lunes sesiona en la sede de la representación del gobierno del estado en el Distrito Federal, en la calle de Explanada, en las Lomas.


El gobierno estatal no sólo no ha explicado de dónde sale todo ese dinero que va a dar a las cuentas de las televisoras, sino que ni siquiera ha aceptado la existencia de tales contratos. Este “cariño” de la televisión, hay que decirlo, se lo tuvieron también Televisa y Televisión Azteca al ex gobernador Montiel Rojas cuando en su momento soñó igualmente con ser presidente de la nación.


¿Aplastarán las televisoras a Peña Nieto si en el camino lo consideran un compañero de viaje incómodo? ¿Y si no, cuánto será el costo que le aplicarán al mandatario mexiquense a cambio de su actual apoyo, si aquél llega a Los Pinos?


Espero sus opiniones, críticas y sugerencias en el correo robertorock@barrio.com.mx. Y lo espero todos los jueves, en este mismo espacio, para charlar sobre temas de nuestra Macrópolis.